“Quién salva una vida, salva al mundo entero”
La lista de Schindler.
El sol escondido dentro del otoño polaco, se muestra por momentos y se retira por otros como escapándose de alguna persecución .
La gran Rynek Glowny, la plaza medieval más grande e imponente de Europa con sus 4 hectáreas – nacida para el trueque- está poblándose lentamente, aún a pesar de lo temprano de esta mañana templada en el termómetro pero fría en mi interior.

Aquí en la mismísima Cracovia , donde los bosques tupidos sirven para amarse y para que Karol Wojtyla sueñe con su papado, aquí mismo en estos cielos límpidos se inspiró Copérnico para poner al Sol en el centro.
Las clínicas dermatológicas ofrecen el mejor tratamiento, mostrando el inmaculado cutis de mujeres, casi de cera , aquí mismo se conserva la casa de la » inventora de la belleza»… la emprendedora Helena Rubinstein, que desde una historia de necesidades pudo transformar su existencia y la autoestima de otras millones de mujeres, creando un imperio de cremas y glamour, sentenciado con su famosa frase… «No hay mujeres feas, solo las hay perezosas». Helena la cenicienta de Cracovia que delineó su vida, poniéndole texturas al tacto, sensualidad al rimmel y pasión a los labios rojos.
Aquí mismo las iglesias y los palacios se camuflan para no ser distinguidos, tal vez por el aprendizaje de la sangrienta invasión nazi.
Atravieso la plaza rumbo al barrio de Kazimierz, justamente donde el guetto judío vivió para morir. Tengo hambre, mucha hambre, siento mi estomago que está contraído, tal vez este confundido y no sea hambre sea otra cosa , pues mi respiración se acelera y mis pasos no encuentran el ritmo.

Me siento, puedo sentir el frío de la silla de metal, estoy en el famoso Bar Singer, que homenajea a Isaac Singer, no fue el que logró el invento pero si el empresario/actor que entendió el concepto clave… un bien es más valioso cuando es más práctico, es familiar y se puede pagar a plazo. Singer inundó al mundo de puntadas, surfilados y costuras.


Algo caliente para apagar el frío, me vendría muy bien y no dudó en pedirme un “borsh” la mítica sopa de remolacha que me hace viajar a mi bobe (abuela) , puedo mirarme en el espejo rojo del plato, mientras la cuchara de metal también me anticipa un recuerdo de la próxima inminente visita a la fábrica de ollas de Oskar Schindler .
La atmósfera tiene los aromas distinguidos de comidas de la tierra, donde el hinojo, el perejil, la pimienta y el jengibre hacen el coro a la paprika, formando un batallón de aromas que te conquista, quedándote vencido, sin pelear .
Por la misma angosta calle, presuroso un religioso, enfundado en su tapado negro va sorteando alemanes que hoy son turistas y recién ahora …los puede sortear. Lo sigo y a cada momento se acercan más los sonidos de un clarinete y un acordeón se escapan de la sinagoga Remuh, son los acordes de la música Klezmer , esa mezcla de acordes de llanto y alegría brotados del alma, lo imagino a mi tío Jaime , el de los abrazos fuertes, el de las comidas sabrosas, el de los ojos tristes que vivía recordando haber sido el que hizo la punta para escaparse de las persecuciones y esperar a sus hermanos de la lista familiar.
Escucho como desde la ventana del templo, donde ingreso un religioso, todo vestido de negro, se descuelgan y van circundando el aire la música de la lista de Schindler y me encamino con fuerza y decisión hacia la fábrica del empresario del tercer milenio .

Antes de cruzar el generoso río Vístula, me encuentro con la plaza Bohaterów que fue el corazón del gueto, allí 70 inmensas sillas vacías representan la espera que pasaban los pasajeros que nunca regresan. Ellos iban a los hornos de Auschwitz y en la mismísima esquina , la farmacia del otro empresario del tercer milenio, Tadeus , el único católico que podía permanecer en la zona y se arriesgo siempre ayudando a cientos a escaparse por la falsa puerta, o a suministrarles medicamentos o a pasarle tintas para falsificar documentación, la liberadora Farmacia del Aguila que, contrasta con las tapias en forma de lápida del guetto hechas a propósito para que se sepa que de allí no saldría nadie con vida.
Camino más ligero no se si por llegar o escaparme. Camino y camino por el viejo barrio obrero, hago una cortada por un baldío y me desplazo debajo de un destartalado puente metálico, ya no veo a nadie a mi alrededor, hay mucho silencio afuera pero adentro siento el clarinete y el acordeón de la música Klezmer, con una penosa melodía gusto a invierno, con cadencias de fuga y abdicación, con colores grises… muy grises y de todas las gamas. Allí adelante aparecen un tinglado, y la vereda se hace uniforme, hago lenta la marcha, mientras que un remolino de viento me quita mi gorra, salgo corriendo a buscarla, me agacho la recuperó justo debajo de un cartel que reza Fabryka Oscara Schindlera-Amalia…el corazón se detiene y mis ojos se pierden en las fotos de los salvados inmortalizadas, en el mural de entrada. Estoy en la fábrica de la libertad, allí donde la lista se confeccionó para estos seres que fueron salvados detrás de una empresario que encontró en su profesión mucho más que comprar barato para vender caro, un empresario que sintió la desarmonía del mundo y con la excusa de emprender, lleno un lugar mayor que el burdo mercantilismo oportunista. Adentro todo es historia clandestina y una pila de ollas y utensilios de metal muestran la excusa perfecta, ver cómo hacían mal los productos para demorar y ganar tiempo para escaparse, haciendo muy bien el verdadero producto… la liberación.


Me siento en el suelo apoyándome en una descascarada pared mientras otro remolino de viento, hace bailar unas hojas y de ese baile veo florecer la esencia del SER empresario para el nuevo milenio, que no es ni más ni menos, que crear organizaciones donde la gente quiera apasionadamente pertenecer ,para desarrollarse y desarrollar un mundo que merezca ser recordado.

Recordar que la libertad se ejerce con otr@s y no es lo mismo que la autonomía solitaria, por eso hay que tomar conciencia que somos libres con alguien nunca solos. Gracias Oskar Schindler, Helena Rubinstein,Papa Karol Wojtyla , farmacéutico Tadeus, Isaac Singer….por SER primero defensores de la vida, humanos comprometidos con generar ciudadanía y luego empresarios .
¿Tu trabajo genera libertad ?
¿Estás en una empresa /organización que aumenta tu valor personal?
¿Eres libre o solo tenes la cadena larga?
Si te sirvio…#compartilo y generamos #aprendizajecolaborativo.
Que hermoso y emotivo esto que contas yo pensando en tus preguntas creo que tengo la cadena que fue muy corta y dd s poco le agrego eslabones. Gracias a tu entrenamiento. Hoy estoy viendo como empezar con libros sensoriales para niños pequeños y para mas grandesitos para los que les cuesta Aprender. Mi mayor deseo es crear libros para que niños aprendan jugando.
No se jaja. A lo mejor estoy pasada dd moda. Pero es mi sueño por los niños que tengan un mundo mas justo
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Mariela excelente idea Conta conmigo me encanta la idea
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Inspirador y emotivo Isra. La pucha que somos privilegiados mirando de dónde venimos! Abz
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Asi es asi es
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