«Las emociones reprimidas nunca mueren. Están enterradas vivas y saldrán a la luz de la peor manera.» S.F.
Un inmenso cartel muestra su apellido desde abajo hacia el cielo de las asociaciones libres. Letras blancas pureza en un fondo rojo apasionado. El soporte es en hierro negro, tan duro como la estructura psíquica de la oscuridad del alma.Todo asentado, en un piso de adoquines simétricamente ordenados como el caos del devenir.
Estoy en Viena en la mismísima calle Berggasse 19 , en el consultorio de Sigismund Schlomo Freud.
Para los amantes de la exploración, a nuestros conflictos, incongruencias, pasiones y asertividades, tocar el timbre de un consultorio terapéutico es una interesante sensación, es como encender la luz en una habitación oscura, esa mezcla de ganas y de temor. Ni que hablar si es al templo del psiquismo.
Pensar que este botón fue pulsado por tantos en busca de un darse cuenta transformador. Pienso en los pacientes con sus temas intrincados que sirvieron para que otros encuentren paz… o no.
Por aquí pasaron aquellas que traían palpitaciones, arcos en sus cuerpos con parálisis de piernas y brazos, angustias interminables, aquellas que con sus dolencias facilitaron que Sigmund “definiera” la histeria…ellas las famosas histéricas Emma, Lucy y Elizabeth. Estas mujeres que hablaban y no querían que se las cortara en el relato, dieron luz el mecanismo sanador de escuchar al paciente y la habilidad del terapeuta de explorar las asociaciones libres.
Hoy aprieto el timbre aceptando mis histerias. Me encuentro con Katarina, la especialista del lugar, que me lleva por la historia del padre del psicoanálisis, en ese recorrido circular como el caracol del pensamiento.
Es una casa recargada y llena de gente aunque estamos solo ella y yo.
Por una esquina aparece Jung…cuando fueron amigos. Por el otro lado su pequeño baúl donde ponía sus tres únicos trajes.
La sala de espera es un pequeño vestíbulo, me imagino que conversaciones tendrian, el obsesivo Ernst Lanzer que veía ratas en todos lados, la suicida Dora, con Anna la paciente 0 del psicoanálisis o el padre de Juanito que relataba las angustias que pasaba su hijo con los terribles miedos a los caballos o a Sergei, el aristócrata que soñaba con lobos blancos y que Freud “descubrió” que eso venía de cuando sus padres tenían relaciones sexuales mientras el dormia con ellos. . Siendo los lobos blancos la ropa interior de su madre.
Pienso que interesante conversación habría tenido toda esta tribu, mientras me doy cuenta de mis obsesiones exploratorias.
Mirar de cerca su mítico diván que te analiza express, me llena de intriga desafiante.
Un living cargado de libros donde sobresale un escrito sobre la cocaína uno de sus grandes gustos. Allí frente al ventanal está la mítica mesa donde todos los miércoles se juntaba con sus discípulos que no formaban parte del establishment vienes. Como todo estratega sabía que el establishment no genera movimiento, si estancamiento para perpetuarse como los traumas.
En esa misma mesa a la que concurrieron Salvador Dalí, los escritores Thomas Mann y Stefan Zweig y el músico Gustav Mahler, cada uno con su “locura”.
Paso por su habitación, que no solo la compartía con su mujer sino también parece ser con su cuñada. Katherina al darse cuenta que me interesaba el tema, me cuenta que Freud a los 40 años abandonó el placer carnal con su mujer Martha Bernays después de los seis hijos con repetidos y traumáticos abortos.
Solo 9 años duró la vida sexual del más grande teórico de la sexualidad humana. Será que esa abstinencia lo llevó a tantos sueños eróticos? #exploralo. Será que aquellos que se obsesionan hablando sobre el sexo están en abstinencia? #exploralo.
Ese mismo timbre fue pulsado con brutalidad cuando llegaron los nazis para buscarlo. Y también de paso le robaron dinero. Freud haciendo gala de su humor cuando se enteró dijo: Que profesión que tienen estos delincuentes, nunca gane ese dinero en tan poco tiempo.
Mientras escucho la anécdota, pienso y alucino de cómo hubiera cambiado el mundo si le hubiesen aceptado la recomendación que Freud le dio al médico de Hitler. En aquella oportunidad, le consultaron sobre los desórdenes conductuales del pequeño Adolf y Freud categórico dijo: INTERNACIÓN Y TRATAMIENTO. Me quedo largo rato en el lugar husmeando fotos y libros, empieza a llegar gente, mientras no se corren los pobladores históricos. Todo está muy lleno en la casa del inconsciente. Intento ordenarme para salir a la calle con mi neurosis impecable.
Desciendo por la escalera, mientras una mujer que llega va tomándose de la baranda como acariciando la sexualidad fálica, y yo mientras me despido, miro al timbre pensando….que parecido es a un pezón. #exploralo.
¿Cuál es tu deseo más postergado? #exploralo.
GRANDIOSO COMENTARIO, EXPLORAR EL CEREBRO PARA IMAGINAR LO INIMAGINABLE QUE SERIAN NUESTRAS VIDAS SI AFRONTARAMOS LOS CAMBIOS REPRIMIDOS.
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