La dignidad humana es la premisa para la libertad. I. Kant.
Aquí en 1501 el Maharajá Rudra Pratap Singh, convirtiéndose en el primer rey de Orchha. Esto hizo que esta ciudad actualmente con solo 10000 habitantes tuviera el honor de ser la capital de uno de los reinos más grandes y más poderosos de India Central .
Los palacios parecen templos donde se adora el lujo.Aquí se mezcla los estilos mogol-islámicos e Hinduistas, ya que se usaba esta ciudad para visitas lujuriosas plenas de placeres sensuales de los vecinos rivales.
Vine aquí para explorar el tema de las castas, ese sistema social rígido en el que se mantiene una jerarquía social, generación tras generación, y permite poca y nada movilidad de la posición en la que una persona nace, este fenómeno indescriptible que sentencia el status quo de las clases sociales. Las castas una narración que sirve para tener un pueblo de millones quietos sin buscar la movilización social ascendente. Los ingleses en su invasión tocaron de todo por aquí pero nunca este tema, pues les servía para tener absolutamente “organizada” la sociedad y por supuesto domesticados.. #exploralo
Hay cuatro castas, pero vengo en búsqueda de aquella que ni siquiera está entre las cuatro, quiero encontrarme con Los intocables o Dalits, estos seres que están en el escalafón más bajo de la pirámide humana y en el sótano de la dignidad.
Los Intocables aquellos sobre los cuales pende una serie de creencias increíbles que siguen vivas a pesar de tantas leyes y luchas sociales.
Mientras camino por la ciudad buscando un lugar donde suelen jugar “niños intocables”- de acuerdo a lo que me dice la recepcionista del hotel-, voy pensando que… !!NO¡¡¡ me encontraré con ellos pues es solo una alucinación mía, aquello que leí hace tantos años en un libro. Me resisto a pensar que puede ser cierto, que existan todavía 500 mil, que se ocupan de limpiar los pozos cloacales, recoger excrementos. Son sobre todo mujeres dalit las que, desde pequeñas, se dedican a retirar las heces ajenas, que recogen con un pequeño cuenco y cargan en baldes sobre la cabeza., teniendo en cuenta que aquí en la India más de 700 millones defecan en la calle y estas mujeres son las encargadas de limpiar.
Son los dalit o panchama, arrinconados, marginados, olvidados ese 16 % de la población unos 200 millones institucionalmente discriminados, sentenciados a comer separados, o a buscar entre las cenizas de los cremados, algún diente de oro para poder subsistir.
Sigo caminando y en una esquina, con una casa arrumbada, están jugando un improvisado partido de cricket ellos. Me acerco mientras se van alejando, logró convencerlos que quiero jugar . Se ríen de mi atuendo. Nos reímos juntos.
Estos Dalit son los que zafaron de la desnutrición, más de la mitad de su casta están desnutridos o tienen problema de peso, y un 15 % muere antes de cumplir los 5 años. Estoy literalmente con sobrevivientes.
Me da frío pensar en sus hermanas mujeres que sufren la triple discriminación, de casta, de clase y de género. Se calcula más de 1000 violaciones a niñas dalit al año, las consideradas sirvientas de dios. Podría ser cualquieras de estas dos nenas que deambulaban en el tren que me trajo a este pueblo. Nenas con coloretes en sus mejillas jamás acariciadas por otras manos que no sean las de su casta. Pues tocarlas trae mala suerte son…. intocables.
Mientras tanto el palo de cricket fabricado con una madera de cajón y una pelota gastada los aleja momentáneamente de la sentencia cultural. Les tomo fotos que se empecinan en verlas mientras se asombran de ellos mismos.
De repente aparece otro Dalit en la tapia, lo saludan con un estruendoso Sama!!! Sama!!! qué infiero es su nombre. Me acerco y puedo navegar en sus ojos, descubrir un linaje de tantas generaciones , su piel es marrón, su camisa raída, va tapando un pantalón que oculta su delgadez, en su mano un anillo, seguramente de algún muerto, decora la miseria existencial, pero sus ojos , sus ojos me miran con una ternura que pocas veces vi en mi vida. Mirada que está grabada en lo más profundo de mi ser.
No me puedo despedir, la angustia me envuelve y la impotencia hace que cierre los ojos con bronca y solo un pensamiento ocupa mi alma….Los Intocables miseria desde el cordón umbilical.
Y el mundo sigue girando como la pelota rota en ese baldío.
Los saludo, los abrazo. Siento al más pequeño con una respiración agitada y allá en la tapia Samu está rodeado de alambres a solo metros de los palacios.
¿ Cuáles son los Dalit de tu zona ?
Grandioso tu trabajo aqui , particularmente me cuesta procesar esta informacion inimaginada. Gracias !!!
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Es realmente terrible Jorge en pleno siglo XXI
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Indescriptible realidad !!!!
Me pregunto cuantos dalits tendremos hoy en Argentina? Me replanteo cuantas veces discrimino y excluyo a otros y no hago más que convertirlo en un dalit?
En India por mandato social y cultural y en Argentina porqué?
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