Ser Justo.

“Cuántos corazones tocaste, ese será tu legado en esta Tierra”.

 Uri Fisher.

Había una vez un hombre que encontró, a tres obreros trabajando.

Se acerco al primero y le pregunto, qué estaba haciendo? La respuesta fue contundente y de un humor calamitoso.

Acaso, no esta viendo?… estoy picando piedras que no se acaban más.

Se acerco al otro obrero y le repitió la pregunta.

Pues aquí, haciendo lo que me mandan, obedeciendo, apilando estas piedras, es en lo que conseguí trabajar para poder sobrevivir.

El hombre de la pregunta siguió caminando rumbo al tercer obrero para hacerle la misma pregunta…Qué esta haciendo?

…Señor, estoy construyendo una bella catedral que será refugio para el alma y la existencia de miles de seres. Aquí edifico, un lugar hospitalario, para quien quiera. Estoy construyendo la casa de Dios.-

Este bello aprendizaje -que conozco desde hace tanto tiempo-, en estos precisos momentos cobra un significado especialísimo. Estoy en la Catedral de Justo, una obra única en el planeta.

…El día esta soleado en Mejorada del Campo a unos kilómetros de Madrid. En el centro del pueblo una estructura de mas de 35 metros de altura, con 12 torreones de 60 metros, 28 bóvedas y más de 2000 espacios vidriera acaparan la atención de miles de personas en este apacible lugar. Es la obra de un solitario hombre que se empeño en cumplir una promesa. Esto es la maravillosa obra de Justo que durante 60 años fue realizando sin detenerse ni siquiera para hacer un plano.

Justo empezó la hazaña en 1961, tenia solo 27 años y estaba… en camino de ser Monge. Pero…fue  expulsado del monasterio de Santa Maria. en Soria por estar enfermo de tuberculosis. El se encomendó en Dios y la virgen, para que el milagro de su sanación sucediera. Y sucedió. Pudo atravesar la enfermedad y en agradecimiento empezó a levantar una Catedral, con sus propias manos ,ofrendando todo el patrimonio familiar que disponía. Hasta que se quedo sin recurso economico alguno y empezó a recibir donaciones. Se acababan las donaciones y con todo elemento que conseguía, lo reciclaba en la magna obra.

Don Justo Gallego, de familia agricultora, nunca tuvo formación en arquitectura, el dejo que su mano lo guíe la inquebrantable fe y su fuerte devoción a la virgen del Pilar.

Si, se inspiro en su fuerte inclinación a leer sobre templos en su infancia.

Inmediatamente al ingresar, se puede sentir una energía especial. Estuve centenares de iglesias, pero aquí, en este himno a la austeridad, estoy seguro que Cristo lo elegiría como su sede central.

Hay 25 cúpulas, cripta, baptisterio, dos sacristías, también 5 viviendas para voluntarios.

La nave central es la más grande. Mirar de este centro y dejarse iluminar por los cientos de vitrales de botellas recicladas es una sensación única. Ver hacia arriba, el excelso maridaje, entre los rayos del sol y los vidrios, hacen un caleidoscopio que te introduce en un túnel de imaginación ilimitada.

Todo aquí esta en proceso. En los techos hay golondrinas que hicieron nido y se las escucha en el silencio místico que las tres naves infunden.

El techo es una colección de chapas superpuestas, de diferentes tipos por las diferentes donaciones.

A la cripta se accede por el patio. Hay pegotes de cemento pintados, con lo que se consiguió y cuando se pudo.

El claustro tiene dos alturas, los ventanales están por todos lados, dando muchísimo aire a cada mirada, rincón y descanso.

Hay pinturas alegóricas cristianas, de diferentes manos artisticas o no, todo fue bienvenido para Justo.

Sorprende los detalles. Rostros de Cristo, en decenas de lugares, virgenes que emergen de rincones, como espiando a los visitantes. Poemas, frases escritas con tiza o con látex.

Gigantografias de Teresa de Calcuta en un salón con mobiliario de algún hotel que se renovó.Esas sillas, aquí pasan su digna jubilación activa.

Aquí vive la excelencia y muere la perfección. La excelencia nace del amor, la perfección de la razón. Nunca nada grande parío la razón.#exploralo.

Justo construyo miles de metros cuadrados en lo que fue un olivar.

Algo “mágico” paso en el 2005, una publicidad de la bebida aquiarius, hizo conocida la obra y hasta el MOMA de Nueva York, se hizo eco. El mundo empezó a hablar de semejante sueño en funcionamiento. Justo envejecía pero el sueño se fortalecía.

La iglesia empezó a tenerlo en cuenta. Justo no era ya un loco.

Me siento en unos escalones del subsuelo de la nave central. Escucho los sonidos de unas goteras. Las imagino como un reloj de agua informando que el proyecto fluye. Hay aroma a legado. Ese que se sienten en las obras de aquellos soñadores que entregaron su existencia a la inmortalidad.

Justo se dejo de edificar a sus 96 años. Hay pocos retratos de él. No hace falta, la eternidad no tiene rostro.

Voy saliendo de un lugar donde uno se queda para siempre. En la puerta un camión para donaciones informa que La Catedral de Justo es un lugar de encuentro, hecho por las manos de un hombre. Un espacio para acoger a todos, hombres y mujeres, ricos y pobres, para los que creen y para los que no creen, un lugar de encuentro para distintas religiones.

Hacia el otro lado, en la vereda una escultura de alguien acostado en un banco, envuelto en algo, con los pies llagados, me lleva a los Jesus sin techo.

Me quedo en silencio, siento justo a Justo que nunca tuvo techo, aunque construyo 8000 metros cuadrados.

¿Qué se hubiera perdido el mundo si tu, no hubieras existido? #exploralo.

Un minuto con Justo.